Y aquí estoy de nuevo, tan cuerdo como antaño, pero tan incomprendido como siempre.
Y recordé cómo se consigue la felicidad, ¡enserio!, aunque siento el vacío que me recuerda la pérdida de una vida propia. Porque no es el destino lo que poseo, sino una necesidad irremediable.
No me canso de leerte, Jose. Te leeré muchas veces y espero poder seguir leyéndote durante el resto de mi vida. Porque no lo vas a dejar. Por favor. No lo dejes, Jose.
ResponderEliminarMuchas gracias por todo, tita, se agradece muchísimo el apoyo. Lo dejé aparcado hace un tiempo, pero espero volver a escribir algo dentro de poco. Gracias de nuevo y un beso muy grade.
ResponderEliminarEs un blog precioso. Ya me enseñarás como se hace un blog así de bonito.
ResponderEliminar