viernes, 27 de mayo de 2011

Esperanza de un cuerdo

Esperanza, araña negra del atardecer, lejano y bruno mar en la oscuridad de la noche, enreda mis sentidos al allegarme a tu bermejo cabello, mientras mi conciencia no es capaz de percatarse de la lejanía de tus labios. excorias mi piel desarmando mi blindaje con tu brillante belleza reflejada sobre la mar de tu cuerpo... solo sombras.
Continúas tejiendo, el pleamar asciende hasta mi corazón... y vuelvo a perderte. Esperanza, muda tus harapos, sé capaz de transformar tus sucias vestiduras en crédula realidad, realidad que me anuncie de que el momento se posa y mantiene en mis manos, señalando el fin de tu reflejo.

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